Necesitamos intercambiar información todos los días con cientos de aplicaciones. Pero los ataques cibernéticos son cada vez más sofisticados y nuestra identidad digital está constantemente en riesgo. Muchas empresas hacen uso de nuestros datos personales sin nuestro consentimiento claro.

Memorizar y cambiar constantemente decenas de contraseñas ya no es viable, y los códigos enviados a teléfonos o correos han demostrado claramente no ser suficientes para protegernos.

Es necesario evolucionar hacia un uso de internet donde la identidad se proteja y sea confiable.